El 14 de mayo de 1985, justo hace hoy 40 años, se constituyó la Fundación Indalecio Prieto ante el notario de Madrid Víctor Manuel Garrido de Palma. La Fundación tenía por objeto “el desarrollo de toda clase de actividades orientadas al mantenimiento del recuerdo de la figura y obra política e intelectual de Indalecio Prieto Tuero, estudio de su época, medio social y político en que se desenvolvió y su aportación al desarrollo del socialismo español, así como la investigación y análisis del futuro del mismo”. El gobierno, administración y representación de la entidad se encomendó a un Patronato, presidido con carácter vitalicio por Constancia Prieto Cerezo, hija del político socialista.
Tan solo una semana antes, gracias a las gestiones realizadas por Emilio Cassinello, entonces embajador de España en México y hoy patrono de la Fundación, los restos de Indalecio Prieto y de sus hijos Luis y Blanca fueron exhumados del Panteón Español de la capital azteca y trasladados a Bilbao, donde recibieron sepultura en la parte civil del cementerio municipal el 7 de mayo de 1985. El traslado se realizó en el más escrupuloso secreto, aunque al día siguiente un diario local se hizo eco en portada de la noticia en estos términos: “Los restos de Indalecio Prieto ya reposan en el cementerio de Derio”. En páginas interiores se informaba: «Las cenizas del histórico dirigente socialista, así como de sus hijos Blanca y Luis, fallecidos los tres en México, fueron inhumadas ayer en el cementerio civil de Derio, en una ceremonia celebrada en la intimidad. El propio Indalecio Prieto había expresado su deseo de que la inhumación tuviese un estricto carácter familiar, como así fue, estando presentes únicamente su hija Concha, Víctor Salazar, que fue su secretario particular durante muchos años, Pilar de Salazar y sus compañeros de militancia y amigos personales Ovidio Salcedo Navarro y Bernardo Hoyos López. Todos ellos realizaron ayer el viaje desde México hasta Madrid y posteriormente a Bilbao para cumplir la voluntad de Prieto de ser enterrado en la tierra en la que vivió desde su infancia. Las personas que ayer acompañaron las cenizas del político socialista a la tumba familiar de Derio son las únicas supervivientes entre quienes formaron el cortejo que, por designación escrita de Prieto, acompañaron sus restos al cementerio español en la capital mexicana, en 1962. Las cenizas de Prieto y de sus hijos fueron exhumadas el pasado 26 de abril en el cementerio mexicano. Recientemente, con ocasión de un homenaje que le tributó el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU), el titular de esta cartera, Julián Campo, dijo que muchos de los aspectos de la gestión de Prieto al frente de este departamento se mantienen en plena vigencia. “Por su pragmatismo, por su objetividad en la racionalización de las inversiones públicas y en general, por su labor llena de imaginación, competencia y realismo, fue, como han señalado numerosos historiadores, el mejor responsable de Obras Públicas que hemos tenido en lo que va de siglo”.
El 28 de mayo, un artículo del recordado Patxo Unzueta publicado en el diario El País se hacía eco de la siguiente noticia: “El edificio que albergó el diario Hierro, devuelto a los herederos de Indalecio Prieto”. En efecto, el inmueble de la calle Orueta 2 de Bilbao donde tuvo su sede El Liberal hasta 1937, incautado a sus legítimos propietarios al amparo de la Ley de Responsabilidades Políticas y ocupado por el diario vespertino Hierro durante 30 años, entre 1953 y 1983, fue devuelto a la única heredera de Prieto después de un pleito que impidió la subasta del edificio y que llevó el despacho de Eduardo García de Enterría. La misma información de El País señalaba que “la hija del político socialista, nacido en Oviedo, pero afincado en Bilbao desde su niñez, tramita actualmente el traslado a nuestro país de los archivos, libros y demás pertenencias, obras de arte incluidas de su padre, que pasarán a formar parte del patrimonio de la nueva fundación. Los archivos personales de Indalecio Prieto, compuestos por materiales que comenzó a recopilar en 1920, son de un enorme valor histórico, no sólo por el decisivo papel por él jugado en la evolución del socialismo español, sino por la relevancia de su actividad pública durante la Segunda República”.
Finalmente, por orden del Ministerio de Cultura de 3 de marzo 1986 (publicada en el BOE el 10 de marzo), la Fundación Indalecio Prieto quedó inscrita en el Registro de Fundaciones como fundación cultural privada de promoción y financiación con el carácter de benéfica.
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Presentación en Oviedo
El próximo jueves, 24 de abril, en el Club La Nueva España de Oviedo, presentamos el último libro editado por la Fundación, «Crónicas del adiós», una selección de obituarios que Indalecio Prieto publicó entre 1921 y 1962. Nos acompañará el periodista Alberto Menéndez.
Lee la noticia completa en https://www.lne.es/club/agenda/indalecio-prieto-cronicas-adios-50-116396148.html
Presentación en Salamanca del libro Miguel de Unamuno-Indalecio Prieto. Correspondencia, 1916-1934
El próximo día viernes 27 de febrero presentamos en Salamanca el libro Miguel de Unamuno e Indalecio Prieto. Correspondencia, 1916-1934, ed. Fundación Indalecio Prieto y Fundación Juan de los Toyos, prólogo de Mariano del Mazo Unamuno, estudio preliminar de Luis Sala González, Madrid, 2014.
El acto tendrá lugar en el Salón rectoral de la Casa Museo Unamuno, a las 19.00 h. Intervendrán: Alonso Puerta (presidente de la Fundación Indalecio Prieto), Mariano del Mazo Unamuno (prólogo del libro y bisnieto de Miguel de Unamuno), Luis María Sala (responsable del estudio introductorio del libro) y Mariano Esteban de Vega, catedrático de Historia contemporánea de la USAL y vicerrector.
La Fundación y el Grupo Municipal Socialista madrileño rinden homenaje a Indalecio Prieto con la colocación de una placa conmemorativa en Madrid
El PSOE ha rendido un homenaje al dirigente socialista Indalecio Prieto, que cuenta desde el día 11 de febrero de 2014 con una placa conmemorativa a su memoria en el número 20 de la calle Carranza de Madrid, donde se ubicó su vivienda y la sede del PSOE.
El portavoz del grupo municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha acudido a este acto de homenaje al que fuera ministro de Fomento y Hacienda en los años 30 y ha destacado que durante esa época se plasmaron varios proyectos liderados por Prieto como la entrega a la ciudad de la Casa de Campo o la ampliación de los bulevares y del eje de la Castellana.
En un comunicado, el portavoz socialista ha recordado que Prieto «soñó el futuro y fue capaz de llevarlo a cabo» en un momento «de crisis económica y apostando por inversiones públicas».
En opinión de Lissavetzky, del legado de Prieto en Madrid puede establecer un paralelismo en la actualidad que prueba que la austeridad, «en ocasiones convulsiva», «no es la mejor receta» para frenar una situación de crisis y que «desde lo público» se pueden y deben articular soluciones. «Prieto huyó de la austeridad compulsiva que genera más pobreza», ha argumentado.
Junto a Lissavetzky han estado presente otras personalidades como es el caso de Alonso Puerta, presidente de la Fundación Indalecio Prieto; Nicolás Redondo, ex dirigente de la UGT; además de los ediles del PSOE Marcos Sanz, Gabriel Calles, Marisa Ybarra y Diego Cruz, también portavoz del PSOE en la Junta de Chamberí, órgano en el que los socialistas han impulsado este reconocimiento.
Por pare del Ejecutivo local, han estado presentes el delegado de Las Artes, Pedro Corral, y la presidenta de la Junta de Chamberí, distrito al que pertenece Carranza, Isabel Martínez Cubells.
Lissavetzky ha glosado la figura de Indalecio Prieto para el socialismo español y como gestor público. Como ejemplo, ha destacado la obra del llamado Túnel de la Risa que conecta Atocha con Chamartín, la entrega de la Casa de Campo como parque público a la ciudad, la ampliación del Paseo de la Castellana y la construcción de los Nuevos Ministerios. «Todo ello en medio de una gran crisis económica. Prieto optó por la inversión pública», ha apostillado.
Fuente: Agencias
Indalecio Prieto, una vida en imágenes
El padre republicano del gran túnel
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El padre republicano del gran túnel
Un artículo de RAFAEL FRAGUAS. EL PAÍS
a conexión por ferrocarril que en los años treinta del pasado siglo comenzó a sacar a Madrid de su parcial aislamiento geográfico tiene en sus orígenes el empeño de Indalecio Prieto (Oviedo, 1883-México, D.F. 1963) al frente del ministerio de Obras Públicas del gobierno socialista de la Segunda República. Así lo pone de relieve el libro Indalecio Prieto y los enlaces ferroviarios de Madrid recién publicado en edición restringida por la fundación que lleva el nombre del ministro.
Antonio García Pérez desarrolla en un estudio introductorio los pormenores de un proyecto que hundía sus raíces en las mentes de ingenieros, arquitectos y técnicos desde la segunda década del siglo XX y que tuvo en el presidente Manuel Azaña y en el propio Prieto sus principales mentores políticos.
Ambos contemplaron con preocupación el obstáculo estructural que para el acceso ferroviario a la ciudad implicaba la singular orografía madrileña. Esta se veía murada por la cornisa geológica a Poniente que jalona el círculo comprendido entre la Dehesa de la Villa, casi desde El Pardo, y el río Manzanares, en su zona más meridional.
Como quiera que el emplazamiento histórico de la llamada estación del Norte —realmente ubicada al Oeste— la sepultaba desde mediado el siglo XIX en el hondón de la Cuesta de San Vicente, aquella limitación determinó que las redes de los caminos de hierro vadearan la cornisa y eludieran los taludes que genera circundando Madrid desde Poniente hasta el Sur. Y ello para acceder así, por la estación de Delicias, a la terminal de Atocha, entonces verdadero corazón ferroviario de las líneas de pasajeros y de mercancías que llegaban hasta el centro urbano.
El desarrollo de Madrid se veía así cortocircuitado por el propio ferrocarril, que tajaba el caserío introduciendo en él discontinuidades insuperables salpicadas de áreas industriales próximas a las vías para vincularse a los transportes de productos por tren, todo ello con efectos muy adversos sobre la población madrileña y la economía capitalina.
Conscientes de tan evidente y cara obstaculización, tanto Prieto como Azaña apostaron por idear una forma eficaz de yugularla. Habida cuenta de que la expansión natural de la ciudad se orientaba en dirección a la zona septentrional de Madrid, a lo largo del eje del Paseo de la Castellana, resolvieron en un principio planificar urbanísticamente la zona. Dispusieron desplazar en tal sentido, como medida pionera, la ubicación del centro administrativo del Estado hacia el macroedificio de los Nuevos Ministerios, ideados por Secundino Zuazo y que ya en 1929 incluía el ferrocarril subterráneo Chamartín-Atocha, con una macroestación situada bajo los Nuevos Ministerios.
Prieto optó por el eje ferroviario subterráneo que conectaría Chamartín con Atocha mediante un enlace que contemplaba conectar líneas de circunvalación para mercancías, circuitos de cercanías de conexión de urbanizaciones periféricas residenciales y trazados de largo recorrido.
Las resistencias a la innovación llevó a los sectores más retrógrados a bautizar en términos peyorativos una parte de aquel eje con el hilarante nombre de Tubo de la Risa, denominación inspirada en una vieja atracción de feria.
Empero, la apuesta del régimen republicano sostenía que aquellas infraestructuras satisfarían, una vez culminadas, las expectativas de crecimiento de una ciudad populosa y dinámica como el Madrid de entonces. La guerra demoró tres décadas el proyecto.
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Apuesta por una gran ciudad
Un libro recoge los proyectos de Indalecio Prieto para la expansión de Madrid y sus vías de comunicación
Este jueves ha sido presentado el libro Indalecio Prieto y los enlaces ferroviarios de Madrid. Lleva por subtítulo El túnel de la Risa y versa sobre los logros encaminados a la creación de un denominado Gran Madrid concebido por Manuel Azaña como capital republicana, según las ideas de quien fuera durante dos años ministro de Obras Públicas de la Segunda República, el dirigente socialista Indalecio Prieto (Oviedo, 1883-México D.F.1962).
Pese a la brevedad de su mandato ministerial, fue manifiesto el alcance de sus propósitos sobre la ampliación de Madrid y su trazado de un eje norte-sur que rompiera las discontinuidades ferroviarias observadas en Madrid, a la sazón en manos privadas, las mismas que motejaron detúnel de la risa aquel proyecto axial que hoy mismo surca el subsuelo madrileño.
Al lado de Prieto figuraron ingenieros y arquitectos como Ricardo Bastida, Secundino Zuazo y Carlos Montilla, además de José Lorite, de la muy cualificada Oficina Técnica del Ayuntamiento de Madrid. Han prevalecido en el tiempo muchos de sus anhelos, desde la red de Cercanías, por ellos columbrada, hasta a la extensión del caserío madrileño hacia barriadas periféricas, todo ello dentro de una macro-política de obras públicas y de viviendas a bajo precio, tendente asimismo a yugular el paro estructural que azotaba a la ciudad.
Buena parte de aquellos proyectos ha sido asimilada por ulteriores Administraciones, estatales y municipales, desde las franquistas a las de la derecha conservadora. El libro consta de 400 páginas, ilustraciones, planos y dibujos, además de discursos y mensajes radiofónicos –desde Unión Radio- de quien fuera considerado como el más popular de los ministros republicanos por su oronda figura, su llaneza y su gran inteligencia.
En su redacción han intervenido Alonso Puerta, ingeniero de Caminos y presidente de la Fundación Indalecio Prieto; Nicolás Redondo, presidente de honor de la misma fundación; Aurelio Martín Nájera y, especialmente, Antonio García Pérez, autor del estudio introductorio.
Indalecio Prieto y los enlaces ferroviarios de Madrid. Editado por la Fundación Indalecio Prieto. 400 páginas. Madrid 2013. Edición restringida. Distribución gratuita.
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Conmemorar el urbanismo
CARLOS HERNÁNDEZ MARTÍN
Túnel Atocha-Chamartín de los enlaces ferroviarios, edificios de los Nuevos Ministerios y el gran eje del paseo de la Castellana. Ciertamente, sería difícil imaginar Madrid sin esos tres hitos vertebradores de la ciudad.
Abril de 1933, celebrando el segundo aniversario de la Segunda República española, se inician las obras de esos imprescindibles kilómetros del ferrocarril español y de esos imponentes edificios de la Administración, al mismo tiempo, se concluyen las que permiten la apertura del primer tramo de la prolongación de la Castellana. En pocos meses, eso ha sido posible gracias al tenaz empeño de un hombre, Indalecio Prieto, ministro de Obras Públicas, de un Gobierno presidido por Manuel Azaña, político discutido, pero de imprescindible mención en la corta historia de la democracia española. Socialdemócrata, cuyo ambicioso proyecto trascendía más allá de singulares infraestructuras, coadyuvantes a su gran empeño de que los poderes públicos plantaran cara al problema del suelo y la vivienda, yugulando la especulación. La obra de Prieto y su equipo fue combatida en su momento por los intereses que la derecha representa. Años después, esa misma derecha no tendrá el menor pudor en capitalizarla ignorando su nombre y prostituyendo su generoso espíritu.
No es previsible la conmemoración pública del 80º aniversario de una jornada clave para algo más que la historia del malhadado urbanismo madrileño y que tan bien representa el impulso renovador de la España de la República. Así que sirvan estas líneas como modesto ejercicio de memoria y gratitud democráticas.— Carlos Hernández Martín.
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